Adolescentes embarazadas, problema social en Colombia

Los embarazos de adolescentes en Colombia son un problema social. De acuerdo con la definición de la Organización Mundial de la Salud, la edad de la adolescencia está comprendida entre los 10 y los 19 años. En el año 2020, hubo 1.721 niñas de entre 10 y 14 años que quedaron embarazadas; en este artículo, analizaremos la situación de los embarazos en el rango de edad entre 15 y 19 años

Contraste respecto a España

En Colombia, desde 1960 la tasa de fertilidad en adolescentes (aunque con un leve repunte en los años 90) ha bajado constantemente, pero sigue siendo muy alta. Hasta el 28 de octubre de 2021 la tasa de fertilidad en adolescentes para Colombia ha sido de 64.313, según los datos correspondientes a 2019 del Banco Mundial. Mientras tanto, la cifra de España es 72.558 (nacimientos por cada 1.000 mujeres entre 15 y 19 años de edad), los valores siguen resultando excesivos si los comparamos con los de España: la diferencia es enorme, y puede llegar a ser 10 veces superior.

Comparativa por edades

Según los datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística de Colombia, en el año 2020 el número de nacimientos fue de 512.185 en total. De entre los cuales, 1.721 fueron de mujeres con edades entre 10 y 14 años, y 43.744 de 15 a 19 años.

Nacimientos por grupo de edad en Colombia de 2020. – (Fuente: Estadísticas Vitales – DANE Colombia)

El porcentaje en edades de 15 a 19 años fue del 17,6%, el de 10 a 14 años fue del 0,7%, y el porcentaje del embarazo en adolescentes, del 18,3%. El nacimiento de estos dos grupos de edad casi tiene la mitad de toda la nación, lo que no es normal ni bueno tanto las niñas mismas como la sociedad como conjunto.

Con respecto a los embarazos en las edades entre 15 y 19 años, hemos analizado la situación de las madres, tanto residencial como a nivel educativo. Una gran parte de ellas reside en zonas rurales, y además no han recibido una educación suficiente.

Nivel educativo de madres en Colombia(Fuente: Estadísticas Vitales – DANE Colombia)

Este otro gráfico muestra que de entre las mujeres de 15 a 19 años, el 17,49% solo han recibido educación preescolar; el 25,17% han recibido educación básica primaria; el 33,75% han recibido educación básica secundaria; el 15,91% no han recibido ningún educación; solo el 2,48% han recibido educación tecnológica profesional; apenas el 0,71% han recibido educación profesional; y nadie ha alcanzado una educación especializada ni tampoco un máster.

Es evidente que las mujeres que quedan embarazadas a edades tempranas no logran un alto nivel formativo, y podríamos imaginar que el nivel educativo de la madre y el embarazo en adolescentes es inversamente proporcional.

Razones y consecuencias

“El embarazo en adolescentes es un problema social, con consecuencias tales como: conflictos familiares, abandono escolar, cambio de proyectos vitales, discriminación, matrimonio servil o a temprana edad, reducción de ingresos y pobreza.”

Unicef, por su parte, señala que este aumento de embarazos adolescentes y de menores de edad puede estar directamente relacionado con la pandemia que vive el mundo.

Una de las razones principales del embarazo en adolescentes es la falta de educación, información y orientación sobre la sexualidad. No reciben información desde los colegios ni los familiares por ser tabúes, no tienen suficientes conocimientos básicos sobre la sexualidad, no toman medidas anticonceptivas o adecuadas y no son conscientes de que el embarazo temprano podría afectar a su futuro.

Deben tener en cuenta que las consecuencias de los embarazos son muchas e irreparables en algunas ocasiones, siempre hay un impacto muy grande tanto para el desarrollo personal como el social. Una serie de problemas como la salud, el riesgo vital para las mujeres en cuanto dan a luz, enfermedades infecciosas, la falta de atención y educación de los niños nacidos, etc.

La educación de la sexualidad para los adolescentes ya es un tema importante, necesario y urgente en el país. Por lo tanto, el gobierno, las organizaciones y las fundaciones deberían trabajar juntos para asumir las responsabilidades. No obstante, cada individuo de la sociedad podría contribuir algo de su parte.